El miedo al cambio
Por lo general tenemos miedo a los cambios. Tememos lo desconocido, no tener control sobre la situación, nos asusta tomar decisiones equivocadas. Sin embargo, desde hace muchos meses vivimos en estado de permanente incertidumbre sobre el futuro más inmediato. Cuando parecía que salíamos de la pandemia de la Covid-19, la guerra de Ucrania tuvo como consecuencia la reducción del suministro de gas, petróleo y carbón y por tanto una escalada de los precios de la energía a nivel global. También motivado por ese conflicto, la interrupción del suministro de grano de Ucrania, uno de los mayores exportadores de cereales del mundo ha venido a tensionar ese mercado, provocando un alza en los precios internacionales. Por si fuera poco, una sequía, como no se había registrado en décadas, afecta a todo el hemisferio norte. El cambio climático está detrás del aumento de temperaturas y la escasez de lluvias de los últimos meses, que han provocado incendios devastadores y una drástica reducción de las cosechas. El impacto en los precios de los alimentos no se ha hecho esperar.
Todos los gobiernos del mundo luchan por contener la inflación. Los bancos centrales, aplicando las recetas del pasado, han subido los tipos de interés, pensando que de esta manera contendrán la subida de precios. Yo creo que se equivocan, primero porque es una medida injusta que más van a sufrir aquellas familias con más deuda. Si ya no llegamos a fin de mes, ahora es que ya nos lo hemos gastado en la primera semana. Yo no creo que haya que contener la demanda, el problema es que la oferta se ha reducido y se ha encarecido. Todo cuesta más caro y las familias nos hemos ajustado para comprar lo necesario. Compramos menos, pero gastamos más. Y nos estamos preparando para el invierno. Estamos dispuestos a pasar un poco más de frío, a gastar menos gasolina y utilizar el transporte público. Pero gastaremos más.
Escenarios nuevos, requieren de soluciones nuevas.
Nos preocupa el futuro inmediato y nos estamos preparando para ello. Con la pandemia, enseguida percibimos el miedo e hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para superar esa crisis. La respuesta global fue increíble. El mundo se paró y tratamos de protegernos y proteger a nuestros seres queridos con grandes sacrificios y cambios en nuestras vidas. Nos adaptamos para seguir adelante. Tuvimos miedo, pero lo superamos. No obstante, el coste en vidas fue alto.
La lección que nos deja la crisis del Covid 19 es que frente al miedo y a escenarios que cambian rápidamente, buscamos soluciones, aprendemos cosas nuevas y aumentamos nuestra capacidad para resolver situaciones difíciles.
Se abren nuevas oportunidades y finalmente buscamos el lado positivo para salir adelante.
Después de lo que estamos viviendo estos años, definitivamente tenemos que perder el miedo a los cambios. Estos vienen cuando menos te lo esperas y aún así debemos confiar en nosotros mismos y que si trabajamos en equipo, nuestras posibilidades de éxito aumentan exponencialmente. Por ello hace falta, más confianza, más unión y determinación para superar las crisis.
Cambiar o emprender un nuevo rumbo, tropezar, caerse y levantarse, probar, repetir, volver a probar, no rendirse nunca. El mundo progresó debido a las dificultades y los desafíos. Gracias también a algunos que se atrevieron a hacer lo que otros ni siquiera pensaron.
Sale adelante quien cambia, se adapta y busca alternativas, no quien es más fuerte.